SOLICITUDES
Entre las razones por las cuales deberíamos solicitar de este documento se encuentra la mera necesidad de hacer un currículum y no recordar las fechas exactas de todas nuestras experiencias laborales, el deseo de comprobar cuántos años hemos estado cotizando o, más importante aún, la duda con respecto a que alguna de las compañías para las que hemos trabajado no nos haya dado de alta en la Seguridad Social.
Si bien una solicitud es, en esencia, una petición, tanto este sustantivo como su verbo, solicitar, tienen un carácter más formal, más serio, por lo cual no suelen utilizarse entre personas con un vínculo cercano o de afecto. Por ejemplo, si alguien quiere tomar prestado un libro de un amigo puede decirle “quería pedirte que me prestes Crimen y Castigo”, mientras que una persona que desea darse de baja de un plan de servicios, lo solicita.
Existe otro matiz que diferencia a estas dos familias de términos, y que se desprende de su uso actual. Cuando hablamos de solicitud, parece haber un derecho a realizarla que se encuentra implícito en el contexto: alguien solicita empleo o un pasaporte porque una empresa u organismo puso a disposición de los ciudadanos dicha posibilidad, en primer lugar. Una petición, por otro lado, suele interesar más a quien la realiza que a quien la recibe: una persona sin techo pide dinero para superar su propia situación económica y la ayuda que consiga será beneficiosa únicamente para ella, aunque la otra parte pueda sentirse a gusto por haberle tendido una mano.
Por último, las solicitudes suelen hacerse por medio de formularios previamente diseñados por la entidad a la cual se dirigen, o bien a través de cartas formales, dado que, como se explica en párrafos anteriores, se trata de peticiones con un carácter formal.
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